alt
      

Juan Carlos Ramiro Quiroga

Mi pequeña muerte con Dios

Uno de los poetas bolivianos más importantes de su generación, Juan Carlos Ramiro Quiroga (1962) vuelve al libro luego de algunos años (aunque la escritura para él sea un diario ejercicio).

En su presentación del libro, el poeta chileno Andrés Ajens dice lo siguiente: Quiroga escribe al verres. Menudo a. Revés al escribe. Sin ser para nada ateo, todo un ateop fuera. En un sobrevenido Panorama de la poesía boliviana contemporánea, Luis Antezana asocia este su envés a un in/cierto desasosiego identitario. Pero, aparte que el verso en reverso acaso se emparenta más en Juan Carlos Ramiro con ciertas indagaciones de la tardovanguardia, ¿quién y acaso sobre todo qué poeta pudiera estarse ajeno a más de una experiencia de desasosiego de lo que (se) es?  Este abigarrado ateop nos brinda hoy las huellas de su clímaxcon quien llama ‘Dios’ –Mi pequeña muerte con Dios–, dejando en suspenso si tal fogoso desenlace tiene al susodicho como testigo (con Dios presente) o si la gozosa mortal ‘cosa’, la petite mort, es abiertamente con Dios (alias Nadie en otros poemarios, de Celan y de Borges, por caso) y, por tanto, si el lugar del testigo permanece vacante para cada eventual lectora o lector. Incluso Dios, e incluso las retornantes wakas extirpadas en nombre de Dios. Testigo de otro testigo, de veras, pues el poeta de Mi pequeña muerte con Dios, a riesgo de ser motejado de exhibicionista, testimonia de una marcante conmoción energética suya (orgasmo, orgía y energía comparten la misma griega raíz). Ya no pues el poema adiós saenzeano(decir adiós y volverse adiós es lo que cabe) ni del pequeño adiós poshuidobriano sino antes, por caso o caída (poema) aymara, jikisinkama, ‘hasta re/encontrarse’ – en las infantes márgenes de la alegría, nina nina, ‘luciérnagas’, tal vez, ésta, hoy por hoy.

2009

Colección: Poesía


(ISBN: 978-99954-1-232-6 / 38 pp. / 0,077 kg. / 14 x 21 cm.)